El reporte del curador jardinero y la obra que se marchitaba

REPORTE K164

Después de uno de los reportes experimentales más extraños regresamos a la normalidad. Este reporte llega un poco retrasado, pero tenía muchas ganas de ponerlo así que ahí les va. Esta vez les contaré las aventuras de mi hermana y mías hace dos semanas cuando salimos de paseo. Pero antes, unas fotos de una mariposa que encontré afuera del Instituto de Diseño. A la pobre le faltaba un ala y no podía volvar, lo peor del caso es que ese día estaban podando el pasto, así que ya se podrán imaginar el triste destino de nuestra amiga lepidóptera, o quien sabe, tal vez nunca lo sepamos.

Bueno, regresando a nuestro relato principal. El domingo por la mañana mi hermana y yo decidimos ir a explorar un poco el Centro y caminando por el Andador Turístico se nos ocurrió entrar al MACO (Museo de Arte Contemporáneo de Oaxaca), en parte porque por ser domingo la entrada era gratuita (jejeje). La exposición que había no tenía un tema muy bien definido, era algo sobre el fuego y el hielo o algo así, y estaba conformada por obras de artistas de muchos países. Había muchas instalaciones, pinturas, esculturas, incluso proyecciones de video y objetos muy diversos.

Dos obras llamaron especialmente mi interés. La primera es la que da título a este reporte. Se trataba de una instalación de hilos, malla, tierra y plantas ubicada en una de las paredes del segundo piso del edificio. Era como una especie de mural, pero conformado en su totalidad de pequeñas plantitas (que creo eran de chía). Los más curioso fue que en el momento en que estábamos viendola, llegó uno de los empleados del museo a regar la obra, para que no se marchitara, jajaja. El más extraño acto de curación (o no sé si de restauración) que he visto en mi vida.

La segunda obra se encontraba en una de las salas del interior y también ocupaba una pared entera. Estaba formada por muchísimas placas de metal con formas extrañas grabadas. Cuando leí el título me quedé sorprendido. Se trataba de una colección de grabados en aguafuerte, en la que se representaban las siluetas de los 570 municipios que constituyen Oaxaca. Sólo imagínense el esfuerzo de hacer cada una. La obra en su totalidad era impresionante, pues de alguna manera, tal vez indirecta, mostraba la gran diversidad que existe en nuestro estado. Disculpen la foto, pero es la que mejor me salió con la iluminación que había.

Al salir del MACO mi hermana y yo nos dirigimos al Museo de Palacio, a ver la tan mencionada ofrenda monumental por el Día de Muertos que se había colocado en honor a Frida Kahlo. La verdad es que era impresionante, imagínense las horas y horas de trabajo para hacer ese tapete. Aparte de esa ofrenda había otras, que mostraban las variantes que existen en el estado en la forma en que se coloca un Altar de Muertos. La otra foto la tomé especialmente para la profesora Marla y es otra muestra de la maesría de los artesanos oaxaqueños. ¿Cómo le haces para meter un cántaro dentro de otro cántaro? Al parecer sólo los artesanos de San Bartolo Coyotepec saben la respuesta.

En nuestro camino hacia la parada de autobús pudimos ver un fenómeno muy extraño. Un halo de luz que también parecía un arcoiris circular... muy extraño. Y para concluir una imagen muy bonita que vale la pena les muestre. El siempre majestuoso Convento de Santo Domingo de Guzmán y una gran cantidad de turistas extranjeros a sus pies, algo que no se veía hace mucho. Al ver esta escena me sentí muy contento, porque al parecer las cosas están regresando poco a poco a la normalidad.

Es curioso que a pesar de que Oaxaca es una de las ciudades coloniales más pequeñas de nuestro país, es el destino favorito de cientos de miles de turistas nacionales e internacionales, y no es para menos, ya que Oaxaca es una ciudad mágica, llena de de costumbres, tradiciones e historia. Cada casa, cada edificio guarda secretos e historias fantásticas, en cada rincón se pueden encontrar cosas inesperadas y en cada esquina se pueden apreciar las manifestacionas más diversas, como un concierto al aire libre, un grupo de danza, una calenda o una boda. Eso es lo maravilloso de Oaxaca, que es una ciudad tan llena de vida, que ser renueva constantmente y que no deja de sorprender a cada momento, incluso a los que nacimos y crecimos en ella. Saludos.