El fin de semana pasado fue tan divertido que merece su propio reporte. El sábado a las 11:30 a.m. me encontré en la Gandhi de Miguel Ángel de Quevedo con el profesor Mario, quien vino al D.F. para asistir a los conciertos de Paul McCartney (o como él dijo, a un "evento religioso"). Caminamos hasta un Starbucks que está cerca de la estación "La Bombilla" del metrobús y platicamos sobre el concierto, eventos que han ocurrido en la UTM y sobre nuestra vida twittera.
A la una de la tarde fuimos a recoger a mi hermana a su escuela y curiosamente regresamos al Starbucks a seguir platicando. El maestro Mario nos comentó que quería ir a una tienda de artículos de colección de The Beatles y como no teníamos nada que hacer terminamos acompañándolo. Abordamos el metrobús y 14 estaciones después estábamos a una cuadra.
Cuando llegamos a la casa de la colonia Hipódromo Condesa todo parecía normal. Un letrero de "toque el timbre" nos dió la bienvenida. Cuando entramos a la casa nos quedamos sorprendidos. La casa estaba llena de discos, fotos, posters, figuras y los artículos más extraños que se puedan imaginar (hasta había una piñata con forma de submarino amarillo).
El dueño de la casa (quien al parecer también es el presidente del club oficial de fans de The Beatles en México) nos recibió. Su botín más preciado se encontraba en un cuarto al fondo: una habitación llena de cd's y dvd's con material muy raro y difícil de conseguir de The Beatles. El maestro Mario estaba que saltaba de la alegría y lo único que hacía era pensar cuántos discos podría llevarse en este viaje. El señor nos comentó que ese día habría una reunión del club para compartir sus impresiones sobre los conciertos.



Al día siguiente mi hermana y yo fuimos al 27 Concurso de Oratoria del Idioma Japonés en México. Teníamos que ir como parte del curso de japonés y para apoyar a nuestros compañeros del instituto que iban a participar. El evento fue muy padre. Los estudiantes presentaron temas muy diversos pero interesantes: la experiencia de ir a estudiar a Japón, la amabilidad hacia otras personas, la importancia de los amigos y la familia, experiencias personales.
Lo que más me sorprendió fue el alto nivel que tenían todos los participantes, habraban con gran fluidez y naturalidad. Había estudiantes que mencionaban que llevaban más de 5 años estudiando japonés. La verdad es que fue una gran motivación para mí. Espero algún día poder hablar como ellos.

